Esta mañana fui a pasear un rato por Galway, como cada día, pero esta vez no fui solo. Fui con mi guitarra. Y fue maravilloso. Te cuento! ☺️
Hacía un día increíble, como puedes ver en el vídeo. Estuve paseando sin rumbo viendo el mar hasta que llegué al sitio perfecto. Me estaba esperando, sin duda y me ofreció el sillón ideal: una roca super cómoda con vistas al Océano Atlántico. Él y yo. Solos 🙈
El mar estaba manso como pocas veces. Igual estaba echando la siesta y pronto volverá con esa energía que siempre tiene, quien sabe. O quizás me estaba enseñando que depende de cada uno estar en paz y armonía.
Estuve tocando mogollón de rato canciones variadas, estuve viendo el mar sin hacer nada, simplemente viéndolo. Sonriendo mucho, eso sí. También estuve componiendo: si ese momento no me inspiraba, pocas cosas en el mundo lo harían 🎸
Me sentí muy conectado con la naturaleza, igual que Bob Marley en esta canción tan maravillosa. Es genial sentir esa calma, tomarme el tiempo necesario para escuchar lo que el mar tenía que decirme, lo que los pájaros tenían que cantarme 🎵
A veces esos mensajes son silenciosos y no hay que usar los oídos para poder escucharlos. No quiero preocuparme por las cosas de la vida que realmente no son importantes, y los pájaros (y el mar) me lo han recordado. “Por si acaso”, dicen. Gracias!
Sé que soy un privilegiado por poder estar aquí y vivir lo que he podido vivir hoy. Soy un privilegiado por tener tan claro cuál es mi pasión y mi misión en esta vida. Soy un privilegiado desde el día que nací, porque estoy vivo, y aunque a veces las cosas no sean como me gustarían, no existe mayor privilegio que saber disfrutar de esta vida ❤️