Quizás una de las cosas que más me encantan en Galway es que tengo al lado playas tan maravillosas como esta ❤️. Seguro que el agua está super fría al ser el Océano Atlántico, pero eso es tema para otro día 🙈😂
El caso es que son playas que dependiendo a qué hora vas a verlas te reciben con un traje u otro. Si vas por las mañanas están recién levantadas, completamente desaliñadas, con la marea super baja y todas las rocas, algas y demás al descubierto. Te abre sus puertas para que camines por su interior sin temor alguno y ella sigue durmiendo. Te encuentras con un montón de sorpresas que te hacen pensar en la buena fiesta que se pegó la noche anterior. Ahora necesita recuperarse ☺️
En cambio, si vas por la tarde/noche está radiante, perfectamente arreglada para recibir a la luna 😎. El agua cubre tooodos los rincones y se muestra muy segura de sí misma, poderosa e inmensa. Te invita a mirarla desde la lejanía y te hace sentirte verdaderamente pequeñito en este mundo. Relativizar, me dice al oído ❤️
Y qué curioso es el mundo, y qué perfecto es todo, encajando toooodas las piezas con exactitud y que “por supuesto” están ahí colocadas al azar, un azar demasiado perfecto 😇. Pero en vez de querer buscarle explicación es mejor simplemente disfrutarlo y sorprenderse, verdad? ☺️